Deporte

En la crónica del Halconero que relata la vida de Juan II de Castilla se lee que el año 1431 llega el rey de Toledo, donde se le reciba con gran pompa y solemnidad. Hubo procesiones, cortejos, justas y, en especial, una gran fiesta nocturna. Y dice la crónica: "En la qual noche hovo allí muchos deportes".

Confesamos nuestra ignorancia lexicográfica porque realmente nos sorprendió topar la palabra deportes en un texto del siglo XV. Siempre creímos que era una voz moderna derivada del vocablo anglosajón sport. Pero no, el diccionario de la Lengua le da la etimología del verbo deportar, en su tercera acepción, que dice antiguamente divertirse, recrearse.

Si acertada fue la resurrección del obsoleto sustantivo azafata para reemplazar la voz inglesa stewardess, no podemos negar gran mérito a quien se le ocurrió extraer del castellano antiguo el vocablo deporte para sustituir al neologismo sport que ya comenzaba a ser irreemplazable a principios de este siglo.

¡Lástima que no sigamos estos ejemplos con otras muchas voces que nos invaden!

P.C.

(De la R.G.M. de mayo de 1973)