Huesos

Pedro Montegón y Pret en sus Frioleras eruditas y curiosas, publicada en Madrid el año 1801, al referirse a los huesos de las carnes, dice:

Hace tiempo que el químico de Arcet publicó que los huesos de las carnes saladas no chupan jamás la sal, y que por esto eran muy a propósito para hacer con ellos caldo, especialmente para marineros; que teniendo provisión de dichas carnes no hicieron jamás uso de los huesos. Las experiencias hechas verificaron el dicho de Arcet.

Se descarnaron ocho onzas de huesos de carne salada después de haber estado cuatro meses en la mar, y después de haberlos quebrantado se hicieron hervir dos veces por ocho horas en otra cantidad de agua, y se vio que dieron dieciocho onzas de caldo tan soso que fue menester echarle sal para beberlo.

Cualquier conocerá las utilidades que trae esta experiencia, especialmente para las largas navegaciones, aprovechando una materia reputada inútil e inservible en la mayor urgencia y necesidad.

J.F.G.

(De la R.G.M. de abril de 1973)