Yelmos

Cuando el Rey de Castilla y León, Alfonso XI, puso sitio a Algeciras, allá por el año 1342, su principal preocupación fue dominar el estrecho y para ello pidió ayuda de flotas a los reyes de Aragón y de Portugal. También el rey de Navarra acudió por tierra con sus huestes y gran cantidad de vituallas.

Pero, quizá, la más curiosa de estas ayudas fueron las de varios caballeros franceses, alemanes, gascones e ingleses, a los que la toma de Algeciras, como no fuese por defender la cristiandad, les traía un poco sin cuidado. Entre los ingleses vinieron los condes de Arbi (Derby) y de Solusber; el primero de ellos, del linaje de los reyes de Inglaterra, y el segundo, tuerto como consecuencia de una herida, pues havíase acaescido en muchos fechos de lides et de batallas.

Los castellanos pudieron admirar las armaduras que estos caballeros extranjeros llevaban, porque nada más llegar al campamento real colocaron los yelmos a la entrada de sus tiendas. Los había con diversas figuras; unos con cabeza de león, otros de zorro, de lobo, de asno, de buey, de perro, et de otras muchas animalias et en algunos havía figuras de cabezas de homes con sus rostros, et con cabellos et con barbas [...] havía allí hasta seiscientos yelmos.

P.C.

(De la R.G.M. de mayo de 1973)