Del gran corso, escrito en sus "Reflexiones de Santa Elena", es el pensamiento siguiente:
La propiedad de los mares interesa a todas las naciones. El mar no puede ser poseido ni cultivado por una potencia; es un camino verdaderamente público, y toda pretensión a su dominio debe considerarse como una declaración de guerra a las demás naciones.
J.F.G.
(De la R.G.M. de mayo de 1973)