Extradición

Puede afirmarse que la extradición es tan antigua como la diplomacia misma.

En tiempos de Alfonso XI de Castilla, y muy pocos años antes de iniciarse la guerra entre Francia e Inglaterra que sería conocida en la Historia como la de los Cien Años, se dio un caso de extradición por el rey castellano, que tuvo mucho que ver con aquella guerra.

El rey inglés Eduardo II se casó con Isabel, hija del rey francés Felipe el Hermoso. El matrimonio resultó un fracaso por las inclinaciones antinaturales que, al parecer, tenía el rey. La reina se buscó entonces un amante, Mortimer, quien consiguió del Parlamento que Eduardo II fuese destronado y encarcelado en la Torre de Londres, donde el año 1327 fue muerto por tres hombres, hundiéndole en su cuerpo un hierro al rojo vivo. Heredó el trono su hijo Eduardo III, quien en 1330 ordenó la muerte de Mortimer y encerró a su madre en su castillo.

De este hecho y de aquellos tres hombres que asesinaron a Eduardo II habla la crónica de Alfonso XI de Castilla. Oigamos lo que dice:

Et aquel Rey de Inglaterra fue preso en un castillo del su regno, et matáronlo tres omes de la su tierra a quien fue dado en guarda; et todos los del su regno de Inglaterra tomaron luego por Rey a aquel Edoarte, su hijo. Et como quier que fue dicho en muchas partes que aquel Rey fuera muerto por mandado et por consejo de aquella Reyna, su mujer; pero aquellos que lo mataron salieron fuera del regno fuyendo, et fueron tomados en Castiella. Et este Rey Don Alfonso de Castiella et León de quien fabla esta estoria, quisiera mandar facer en ellos justicia muy cruel; et porque aquel Edoarte, Rey de Inglaterra, le envió rogar mucho afincadamiente que se los enviase porque rescibiesen pena allí dó avían fecho tan grand maldat, el Rey Don Alfonso por esto envióselos...

Poco tiempo después se iniciaría la guerra más larga de la historia al reclamar Eduardo III el trono de Francia por ser el único nieto de Felipe el Hermoso. Claro que no sólo fueron cuestiones dinásticas las que originaron la guerra de los Cien Años, hubo además disputas económicas por el comercio con Flandes y, sobre todo, los enclaves ingleses en territorio francés, como eran los ducados de Guyena y Gascuña.

P.C.

(De la R.G.M. de mayo de 1973)