La piratería, tan fomentada por las naciones hostiles a España en el siglo XVII, pronto se volvió contra ellas mismas. Nadie ignora que las costas de Virginia estaban tan infestadas de piratas que los propios corsarios ingleses no tenían escrúpulo en atacar a un mercante de su país si la oportunidad se presentaba, según cuenta Hugh F. Rankin.
Para poner remedio a estos males, el Consejo de Virginia armó un queche con el fin de proteger la zona de Chesapeake. El mando del queche se lo dieron aun tal Roger Jones, que pronto adquirió una gran hacienda. Y no es extraño que así fuera porque el tal Jones se dedicaba a avisar y a traficar con los piratas, en lugar de cumplir con su deber de apresarlos.
P.C.
(De la R.G.M. de abril de 1973)