Queja

Cuando el rey Fernando IV, nieto de Alfonso el Sabio, puso sitio a Gibraltar, allá por el año de 1308, los moros de la villa se la entregaron con la única condición de que los pusiese en salvo allende la mar.

Uno de los 1.125 moros que la abandonaron dijo al rey:

Señor, ¿qué hoviste conmigo en me echar de aquí?, ca tu bisabuelo el rey don Fernando cuando tomó a Sevilla me echó dende, e vine a morar a Xerez, e después el rey don Alfonso, tu abuelo, cuando tomó a Xerez echóme dende, e yo vine morar a Tarifa, e, cuidando que estava en lugar salvo, vino el rey don Sancho tío padre e tomó a Tarifa, e echóme dende, e yo vine morar aquí a Gibraltar [...]; e, pues, veo que en ningún lugar destos non puedo fincar yo iré allende la mar e me pondré en lugar do víva en salvo e acabe mis dias.

Seguro que en el año 711, cuando ocurrió la invasión musulmana, ningún pacífico hombre de la España visigótica tuvo la oportunidad de presentarle sus quejas a Tarik o a Muza.

P.C.

(De la R.G.M. de abril de 1973)