Oportunidad

Un siglo después de la invasión árabe de España se produjo un hecho singular que por ser muy poco conocido merece la pena recordarse. Fue uno de esos azares que tanto se dan en la Historia y que, en este caso, desempeñó un importante papel en la política marítima del Imperio bizantino.

El año 815, como consecuencia de una revuelta desencadenada en la España árabe, fueron expulsados quince mil musulmanes andaluces, sin contar mujeres y niños. Buscaron refugios en Egipto, a donde llegaron al puerto de Alejandría en el 816. Su principal preocupación fue, como es natural, hallar un territorio donde instalarse. No encontraron mejor sitio que la isla de Creta y en los años 826 y 827 llegaron a ella sin resistencia por parte de sus habitantes.

La flota bizantina, muy numerosa -contaba en el mar Egeo nada menos que con 350 navíos- había abandonado sus bases para socorrer al usurpador Thomas, en contra del legítimo emperador Miguel II, y acababa de ser destruida por la flota imperial frente a Constantinopla gracias al famoso fuego griego recién descubierto. En esta circunstancias permitió que los musulmanes andaluces pudiesen llegar a Creta en cuarenta navíos sin dificultad de ninguna clase.

La nueva situación influyó de manera notable en la política marítima de Bizancio durante el siglo IX y gran parte del X.

P.C.

(De la R.G.M. de abril de 1973)